Esta mesa de comedor está elaborada en madera maciza de Iroko, una de las maderas más elegantes y duraderas originarias de Centroáfrica. El Iroko es ampliamente reconocido por sus excepcionales propiedades, entre ellas su alta resistencia a la humedad, su durabilidad y su capacidad para mantenerse intacto ante el uso constante. La tonalidad dorada del Iroko y su grano distintivo aportan una calidez única a la pieza, haciendo que cada mesa sea única.
Con unas impresionantes dimensiones de 200 cm de largo y 90 cm de ancho, esta mesa es perfecta para comedores amplios. Su espesor de 75 mm garantiza una gran solidez, lo que la convierte en una pieza resistente y fiable. Con un peso de aproximadamente 90 kg, la mesa refleja la calidad superior de la madera y la minuciosidad en su fabricación. Este peso es indicativo de su robustez, una característica propia del Iroko que asegura la longevidad de la pieza.
El diseño de la mesa se completa con patas estilo «araña» en color negro. Estas patas metálicas aportan un contraste elegante y moderno, resaltando la belleza natural de la madera. La estructura de hierro ofrece una base firme y estable, mientras que el diseño minimalista de las patas da un toque contemporáneo que se fusiona perfectamente con la rusticidad de la madera de Iroko.
Con el paso del tiempo, la madera de Iroko adquiere una pátina natural que intensifica su belleza, haciendo que la mesa se convierta en una pieza aún más única. La entrega de esta mesa se realizó en Valdebebas, Madrid, donde se integró perfectamente a un espacio contemporáneo. Esta mesa no solo cumple una función práctica, sino que también es un elemento decorativo que aporta personalidad y estilo a cualquier comedor.
Gracias a sus características, esta mesa de Iroko es una inversión a largo plazo, que resistirá el paso del tiempo y los cambios de tendencias. Además, su belleza y durabilidad la convierten en una pieza central que se adaptará a diferentes estilos de decoración. Sin duda, un mueble que enriquecerá cualquier hogar o espacio.